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LA SEGUNDA VENDIMIA






JUAN COLETTI






PEQUEÑAS ENVOLTURAS

        
         Para un campesino ilustrado,  este libro es una simple metáfora de la melesca. Revisar  obras   consagradas en  el siglo pasado o hace miles de años llevando conmigo el pequeño molde del tanka y atrapar con  él brevísimos poemas, evoca la emoción  de recorrer las hileras de la viña y descubrir los tesoros  que permanecían ocultos entre las hojas de las cepas.
          La idea proviene de una especial  admiración por ciertos libros  que me condujo   a la selección de  fragmentos de los textos originales  que fui resumiendo y adaptando,  con las mismas palabras de los autores  y con algunas pocas mías,  con amable   paciencia y obstinado placer,   hasta sentir que cada objetivo había sido logrado.
           Podríamos resumir diciendo que LA SEGUNDA VENDIMIA es una  colección de  brevísimos poemas   realizados con el método de un  orfebre que ha sido  impulsado por el raro placer de moldear algo que, sencillamente, considera  valioso,  único y original, más allá de toda vanidad.
         El tanka  resultante es preciso, contundente a veces y en otras elusivo y abstracto pero siempre  limitado a la estética y a la filosofía del verso  original, la marca del estilo que resulta  inconfundible si he acertado en la intención.
         Para mí, estos brevísimos poemas,  tienen el sabor inconfundible del cabernet añejado en cubas de roble, elaborado pacientemente para ofrecer un brindis de homenaje  a los  autores y a  los que  disfrutan la lectura de un  libro  en  estos tiempos vergonzosamente apocalípticos.

                                              
MELESCAR

         Al final del verano  culmina la cosecha de la  uva en Mendoza. Con  el producto del trabajo  en las bodegas, las familias que trabajan en las viñas dan inicio a la segunda vendimia: la melesca, que consiste en recorrer el viñedo, hilera por hilera, cepa por cepa en busca de los gajos y racimos que quedaron olvidados entre el follaje.
         Son las últimas y más dulces uvas del año con las que se prepara el arrope que acompañará el desayuno y la merienda en los meses de invierno o para agregar al camote asado como postre. Aunque se recupera  solo una porción de los miles de quintales de la uva producida,  sin embargo  se festeja el descubrimiento de cada grano olvidado como si se tratara de un tesoro escondido. A la noche, antes de la cena, se pisa a pata la uva melescada en una caneca;  luego el espeso  mosto va a una olla de hierro en la que a fuego lento y revolviendo con un cucharón de madera se va evaporando el agua hasta que queda a punto el más sabroso de todos los arropes.

TANKA
        
         El tanka, originario de la cultura japonesa, es anterior al  haiku. Sus primeros registros aparecen en el siglo VII de nuestra era, aproximadamente. Según la tradición, el breve poema escrito mediante el arte del ideograma, nació como una necesidad de transmitir mensajes entre los amantes,  sea para el convite o para expresar el agradecimiento por los placeres recibidos en la clandestinidad.
         Se enviaban en pliegos o escritos en un abanico o acompañando un ikebana, un ramo de flores preciosa e intencionalmente confeccionado. Eran generalmente crípticos y sólo los enamorados podían descifrar sus contenidos en cuanto conocían anticipadamente a qué hacía referencia cada verso.
         Su uso se amplió con el paso del tiempo a canciones de bodas, al nacimiento de los niños, a una casa recién construida, al inicio de empresas comerciales, para conjurar a la divinidad, para exaltar la belleza de la naturaleza, el carácter de la amistad, el valor, el éxtasis religioso, el humor, el erotismo, la parodia y todo cuanto pueda contener un esquema tan breve y preciso.
         El tanka consta de cinco versos de 5,7,5,7,7 sílabas (onji en idioma japonés), respectivamente.  No llevan título,  eluden la consonancia y se completan con 31 sílabas sometidas a las reglas clásicas de la versificación: sinalefa, diéresis, sinéresis, etc.
         Combina el ritmo y la sonoridad de las palabras para captar el instante fugaz de la contemplación, lo insólito, el despertar de la conciencia en el momento íntimo de una  gozosa revelación.


                                                       







CANTAR DE LOS CANTARES









*

Ven a besarme
con  besos de tu boca
pues tu amor
es superior al vino
y al ungüento de nardo.

*

Soy negra y bella
quemada por los soles
y vago sola
buscando tu rebaño
¡oh! amor de mi alma.

*

Eres graciosa,
ágil como mi yegua.
Tus brazaletes
son de oro y plata
y palomas tus ojos.

*

Como un lirio
entre ásperos cardos,
como una viña
al final del verano.
esa es mi amada.

*




*

Un árbol bello
Cargado de manzanas,
Ese es mi amado.
Muy dulce al paladar
Es su fruta carnosa.

*

Hijas de Sion,
enferma estoy de amor.
Oigo las voces
de mi amado que viene
brincando por el monte.

*

Ven, levántate,
ha pasado el invierno,
dice mi amado.
Déjame oír tu voz,
amada mía, amiga.

*

Busco en la noche
el amor de mi alma
pero no está.
Lo busqué por los campos
pero no lo encontré.

*





*

Hermana mía,
eres huerto cerrado,
fuente sellada.
Hay miel y leche
debajo de tu lengua.

*

Qué bella eres.
Tu melena ondula
como el rebaño.
Una cinta escarlata
son tus labios velados.

*

Ven del Líbano
y muéstrame tus pechos
como gemelos,
como mellizos de gacela
que pacen entre lirios.

*

Caña aromática,
nardo y azafrán,
incienso y mirra
destilan de tus labios,
novia, hermana mía.


*



*

He penetrado
en tu huerto sagrado
y he comido
tu miel en su panal
y he bebido tus vinos.

*

¡Oh!, la más bella.
¿Qué distingue a tu amado
de otros hombres
para que huya tu alma
clamando en el desierto?

*

Su voz me llama:
ábreme, amiga mía,
mi perfecta,
déjame alcanzar
tu pozo de aguas vivas.

*

Eres hermosa
como un nogal del valle,
como las vides.
Tu boca es roja
como flor del granado.




*

Me levanté
para abrir a mi amado.
Metió su mano
por la hendidura
y ardieron mis entrañas.

-----





EL EVANGELIO OCULTO DE TOMÁS




Aquel que busque
no deje de buscar
mas  cuando encuentre
se verá  perturbado
por tantas maravillas.

*

Todo lo oculto
será manifestado
pues nada existe
que  el paso del  tiempo
no pueda desvelar.

*

Feliz el león
que el hombre comerá,
y así su carne
se hará carne en el hombre
y su alma liberada.

*

Maldito el hombre
que el león comerá,
y así su carne
será carne de bestia
y su alma mancillada.



*

Jesús ha dicho:
he arrojado fuego
sobre el mundo
y aquí estará
hasta que se consuma.

*

No he venido
para traer la paz
a este mundo
sino a dividir
con la espada y el fuego.

*

Vengo a darte
lo que el ojo no ha visto,
lo nunca oído
ni tocado ni llegado
al corazón del hombre.

*

Donde está
el comienzo está el fin.
Dichoso aquel
que quieto en el principio
no gustará la muerte.



*

Sea bendito
el hombre que era antes
de haber sido,
como el árbol edénico
cuyas hojas no caen.

*

Ser semejantes
al grano de mostaza
que cuando crece
es árbol y refugio
de las aves del cielo.

*


Habrás llegado
cuando de dos hagas uno,
cuando comprendas
que es igual afuera
que lo que está dentro.

*

Te es fácil ver
la paja en ojo ajeno
y no la viga
que atraviesa tus ojos
y te convierte en ciego.

*


*

Ni el médico
cura a su parentela,
ni el profeta
será reconocido
en su tierra, en su tiempo.

*

Deseabas oír
palabras de sabiduría
pero no escuchaste.
Ahora buscas en vano
lo que jamás oirás.

*

Falsos maestros
ocultaron las llaves
de la ciencia
donde ellos no entran
ni dejarán entrar.

*

Sé tan astuto
 y hábil  como serpiente;
sencillo y cándido
como una paloma,
si amas tu libertad.


*

¿Preguntas quién soy?
Acaso eres miembro
de ese pueblo
que jura amar el árbol
y aborrecer su fruto?

*

¿O acaso eres
de aquellos que presumen,
por hipócritas,
ser amantes del fruto
y aborrecen el árbol?

*

Jamás viertas
ni mezcles vino nuevo
en odres viejos
para que no se dañe
o convierta en vinagre.

*

Hemos salido
donde la Luz es hija
de sí misma.
Su signo es movimiento
y también es reposo.


*

La Nueva Era
hace tiempo ha venido,
pero son pocos
los que llevan la marca
de la revelación.

*

Cosecha el trigo,
y  con la cizaña
calienta el horno
donde se cuece el pan
que sostiene la vida.

*

Yo soy la Luz
que está sobre todos.
Yo soy el Todo.
Levanta una piedra
 y  allí me encontrarás.








JORGE LUIS BORGES







Nadie rebaje
a lágrima o reproche
la ironía
de Quien me dio a la vez
los libros y la noche.

*

Mi sombra busca
en la penumbra hueca
el Paraíso
que se figura inmenso
como una Biblioteca.

*

En lento errar
por grises galerías
suelo sentir
el sagrado horror
de ser otro: el muerto.

*

¿Cuál de los dos
escribe este poema
en este mundo
de pálidas cenizas
que se parece al sueño?


*

Cae la lluvia
que ciega los cristales
y  va mojando,
en un secreto patio,
las uvas de la parra.

*

Puesta del sol.
La vaga luz declina
sobre el campo
una Luna escarlata,
espejo de la ira.

*

Evoco un tigre
de símbolos y sombras
que en mis sueños
cumple con su rutina
de amor, ocio y muerte.

*

El vago azar,
el tiempo que no es nada
y el universo
distribuyen los rayos
del horror y la gloria.


*

Sea alabada
la infinita urdimbre
de efecto y causa
que me concede ver
el lenguaje del alba.

*

Ese otro sueño
que sueña no soñar
es la vigilia
que teme nuestra carne:
ver en la muerte el sueño.

*

Dios  no  intima
para alegar los méritos.
En su piedad
no hay jardines ni rosas
ni una luz de esperanza.

*

Detrás del nombre
hay lo que no se nombra,
esta agonía
de ser enigma, azar,
la vida que no entiendo.



*

Con lenta pluma
limo los rigores
de un soneto.
Del porvenir me llega
rumor de ruiseñores.

*

Entra la luz
y asciendo torpemente
de los sueños.
Recobro mi lugar,
mi nombre, lo que he sido.

*

Será, me digo,
que de un modo secreto
el alma sabe
que en su mínimo círculo
se está haciendo la noche.

*

Pido a los dioses
que mi nombre sea nadie
pero que un verso
perdure en la memoria
del tiempo y de los hombres.




*

Yo soy aquel
que ahora está cantando,
el morador
que anhela ser por siempre
pero no haber sido.

*

Hay un abismo
entre el alba y la noche.
El hoy fugaz
es tenue y es eterno
en la rutina de los años.

*

El vino fluye
a lo largo del tiempo.
Nos prodiga
en otoños de oro
un mutuo y rojo amor.

*

No soy feliz.
Tal vez no importa.
Breve es la vida
y son largas las horas
que tienden a ser nada.



*

Madre atroz
de la incestuosa guerra.
Diosa del tiempo.
Su lecho es la vigilia
y su pan es el hambre.

*

Contemplo el símbolo
de la fugacidad
en ese río
que es tiempo irreversible:
la sombra que me aguarda.

*

Lento en el alba
el  altivo alquimista
es convertido
por la ira de Dios
en polvo, en nada, en nadie.

*

Me he preguntado,
casi como un consuelo,
si en el pasado
habré sido feliz
siquiera por un día.



*

Quiero dar gracias
por el fulgor del fuego,
por el amor,
por el pan y la sal,
por el misterio de la rosa.

*

En solo un día,
desde el alba a la noche,
está la historia
del tiempo terrenal:
hoy, ayer, tal vez mañana.

*

¿A qué engañarme?
En mis ojos no hay días,
como no hay libros
que pueda descifrar
en el alba brumosa.

*

Yo soy los otros.
Soy todos aquellos
que ha rescatado
mi obstinado rigor.
Soy lo que no conozco.



*

No guardes oro,
ese padre del ocio
que es a la vez
progenitor del tedio
y madre de la tristeza.

*

Que el olvido,
al final de mis días,
no se demore.
Sólo pido una gracia:
quiero morir del todo.

*

Esta penumbra
es lenta y ya no duele.
Llego al centro
de mi íntimo instante.
Pronto sabré quién soy.

*

No hay otro tiempo
que el fue y el ya será,
y aquel instante
de una tarde inasible
que fue tuya y ya no es.

*





¿Dónde estará
la que pudo haber sido?
¿Dónde el azar
de no quedarme ciego?
¿Cómo saber quién soy?

*

Es el amor,
la ansiedad y el alivio
de oír tu voz.
Me duele una mujer
en todo el cuerpo.

*

Un solo hombre
ha nacido en la Tierra.
Hablo del único,
del que siempre está solo
junto al Árbol que Sangra.






PABLO NERUDA





Plena mujer,
espeso aroma de algas,
desde tu cuerpo sube
un  fuego genital
transformado en delicia.

*

En cada trino
el pájaro ha venido
a dar la luz.
Entre el agua y el aire
nace la primavera.

*

Tu ala negra
dame, hermana tristeza.
Hoy recuerdo,
entre el pan y la sombra,
el llanto de la tierra.

*

En torno a mí
tu misteriosa voz
marca el camino
de la tarde que muere
sobre un campo de espigas.



*

Entre tus labios
tu voz  está muriendo
y  sin embargo
algo  canta y sube
hasta mi boca ávida.

*

Mientras el viento
se desviste en la lluvia,
estoy besando
tus pechos perfumados,
tu boca de ciruela.

*

Como una lámpara
callada y constelada,
leve, distante,
con silencio de estrellas
huyes del alma mía.

*

Altas estrellas.
La luz negra de un barco.
El mar lejano
oculta el horizonte
donde atraca la tarde.




*

Puedo escribir:
la noche está estrellada
y en el viento
gira y canta la noche,
más inmensa sin ella.

*

Eso es todo.
Alguien canta a lo lejos.
La misma noche,
 el último dolor,
y ella no está conmigo.

*

Un hombre está
tendido entre las hierbas,
fragante al sol
en su lecho selvático.
Soy yo,  el que te espera.

*

En Machu Pichu,
alta ciudad de piedras,
del aire al aire
se mecía en el viento
la cuna del relámpago.



*

Piedra en la piedra
y en el fondo las lágrimas.
Fuego en el oro
y en él temblando
goterones de sangre.

*

Sube a nacer,
hermano campesino,
y desde el fondo
de tu boca de barro
habla por mis palabras.

*

Estoy rodeado
por madreselva y páramo,
encadenado
a perfume de lilas,
al coro de los pájaros.

*
Esta es mi copa.
Brindo por mi destino:
la roja sangre
de la luz desgranada
detrás de los cristales.



*

Hilo de trigo
de cristal o de fuego,
como amapola,
como seda o metal,
acércate a mi boca.

*

Hueles a frutas,
a madera y manzanas,
tu piel es luz,
arrebatado aroma
del árbol de la vida.

*


El oro, el trigo,
el pan de tu contacto
es fragancia
de la fruta prohibida
que me espera en tu boca.

*

No vendrá nadie
porque no hay caminos.
Como un temblor
sobre la mansa arena
repican las campanas.



*

Flecha y flor
es en su vuelo el pájaro.
Sola y a oscuras
mis alas en el sueño
me alejan de tu olvido.

*

Has sido, amor,
mi única impaciencia.
Antes de ti
no quise tener nada
pues siempre he sido tuyo.

*

¿Cómo es el mar?
Atlántico de plomo,
mediterráneo.
Naves muertas que flotan
en las luces del agua.

*

Tu voz repite:
soy de  luz y de arena,
mujer de cobre,
húmeda primavera
blindada de rocío.



*

Esta es mi copa.
Brindo por lo que tuve
y por aquella
luz acribillada
que me robó el destino.

*

El sol nace,
lava con luz el mundo,
luego se acuesta
bajo sábanas negras
a la espera del día.

*
Peral fragante
atraviesa el verano
con el olor
de mi amada que canta
a la luz del rocío.

*

El primer hombre
encontró una mujer
y una manzana.
Entre el sol y la sombra
comenzaba la historia.

*

En una piedra
se concentra el silencio.
Antes del hombre
fue la palabra muda
de la tierra vacía.

*

Vuelvo en el tiempo
a buscar en la arena
 el espejismo
 de lo que fui y seré:
el hombre que no es nada.

*

Lo que guardé,
en uno u otro sitio,
con amargura,
es ahora  un  cofre
sepultado en el mar.

*

Fue tan hermoso
vivir cuando vivías
que mientras duermo
adentro de tus manos
quiero saber si existo.


*

Así te amo
porque no sé amar
de otra manera:
tan cerca que tus ojos
se cierran con mi sueño.

*

Cerca del mar
hallé una flor azul
que centelleaba
como si el mar viviera
en una sola gota.

*

He vivido tanto
 que ya no quiero ser.
Sólo les pido
 que vuelvan en silencio
y traten de olvidarme.

*
Quiero dormir
frente al mar y las rocas
en Isla Negra
que mis ojos ausentes
no volverán a ver.  


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OCTAVIO PAZ




De sol y bruma
es la tarde en tu nuca.
La opaca luz,
bajo el verde cielo,
es un jardín petrificado.

*

Vértigo inmóvil.
Danza en nuestra sangre
aires de amor
que  exaltan y liberan
la desnudez gozosa.

*

Sitio sutil
encadenado y libre.
Su voz terrestre
es regreso del fuego,
la vuelta de la espiga.

*

Toco tu piel
de sol y lluvia y tiempo
y oigo cantar
en las hojas del agua
tu hermosura inconsciente.



*

Tibia mujer
de somnolientos ríos,
eres mi pan, mi sal,
almohada de mi sangre,
mi paloma de tierra.

*

Una palabra
oscura y luminosa,
un resplandor
de invisible luz fría
llenándome de nada.

*

Por ti, poesía,
breve como el relámpago,
el mundo gira
y en círculos concéntricos
se contempla a sí mismo.

*

Dentro de mí
palpita en  flor y fruto,
el resplandor
del mundo y sus espinas,
la luz del mediodía.



*

Me veo lento
de mí mismo alejarme.
Río abajo,
un sol entre los álamos
es la carne del tiempo.

*

El devenir
se calma y desemboca
y es ola inmóvil.
Hoy es ayer y es siempre
en sombras ya besadas.

*

Reposa el día
bajo una luz idéntica.
Delgada flecha
que en un abrir los ojos
la muerte nos dispara.

*

Trémula sombra,
negra escala de lirios.
Pájaros albos
entre pianos nocturnos
y mármoles ahogados.


*

Polvo y salitre,
en tu pecho de piedra,
la luz se atarda
y yace en ti, ciudad,
un sol final, incierto.

*

Sobre el papel
alguien escribe en mí.
Mueve mi mano,
a sí mismo se escribe
y vuelve a ser yo mismo.

*

No hay nadie, nada.
Un cielo de metal
alza en la tierra
un vaho blanquecino
contra una luz rabiosa.


*

La noche nace
en espejos de luto.
Boca de sueño,
es humo y mármol negro
al borde del susurro.


*

Gotas de fuego
de sangre al rojo blanco,
cae la semilla
cuando estalla la espiga
en la matriz nocturna.

*
Tu piel de pan,
tu pelo otoño espeso
sobre tu espalda,
a la luz de un incendio
que el mar de noche aquieta.

*

Cielo del campo
con su cesta de joyas.
Brazos verdes
con pulseras de pájaros
del árbol de palabras.

*

En las fronteras
del ser y el estar
nuestros nombres
inclinan la balanza
del lado de la aurora.


*

Un poco de agua
donde los ojos beban,
donde los labios
de un solo sorbo liben
palabras como un sol.

*
Una piragua
enfila hacia la luz,
toca la cima
de una pausa dichosa
en la hierba dormida.

*

El muro al sol
tatuado, vibra, ondula,
es agua, es tierra
es la sangre del hombre
bebida por los dioses.

*

En este instante
no encuentro la salida,
no tengo nombre,
todo es hoy y es siempre.
¿Estoy o estuve aquí?


*

Toda la noche
un río de palabras
de oro ardiendo
avanza implacable
sobre la piel del mundo.

*

Piedras enormes
que estallan bajo el sol.
Tierra quemada.
Sólo el polvo y la sangre
bajo los pies descalzos.

*

Voy por tu vientre
como por un bosque.
Busco a tientas
tus labios, tus cabellos,
hacia el centro del círculo.

*

Frente a la tarde
de salitre y de piedra
con un fulgor
de invisibles navajas
ardo sin consumirme.

*


Un hoyo negro
y un racimo ya seco
y en el fondo
los ojos de una niña
ahogada hace mil años.

*

Un pan de sol
somos para la vida.
No soy, no hay yo.
La  vida no es de nadie,
siempre somos nosotros.


*

El mundo cambia
si dos se reconocen.
El agua es agua,
el pan vuelve a ser pan.
Asombro de estar vivos.

*

Si yo no existo
el mundo se despoja
de sus máscaras
y el ser sin nombre
se contempla en la nada.

*




*

Virgen lunar,
madre del agua madre,
cuerpo del mundo,
no olvides despertarme
en cada amanecer.

*
Señor del vértigo,
solitario en la altura,
el gavilán
dibuja al mediodía
su destino de pájaro.

*

Tras las ventanas 
se enciende la ciudad
y apaga el día.
Sólo tengo este instante
eterno y desolado.

*

Eres sostén
 del logos espermático,
eres lo que eres
sin dejar de ser otro
 idéntico a ti mismo.

*





*

Es llama ebria
guía de los sonámbulos,
razón dialéctica
que a medianoche traza
la brusca guillotina.

*

El pensamiento
 dibuja un ideograma
y enamorado
encarna la utopía
de decir: yo soy tu yo.

*

El girasol
 gira y no se mueve.
 El cielo se abre
 y el alba enciende
los párpados del llano.

*

La luz naciente
recorre  su camino.
Entra al cuarto
y palpa una invisible
mujer en el espejo.

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OLGA OROZCO


















*

En el jardín
donde la hierba canta
todo está igual.
La misma soledad
 en tu tumba olvidada.

*

Me basta un paso
que separa la sombra
de los cuerpos
donde mi sangre encuentre
la insaciable tiniebla.

*

He aquí las lápidas
 de los muertos sin flores,
con inscripciones
borradas por el tiempo
a la luz de una lágrima.

*

Yo, Olga Orozco,
 amé la soledad
y la nostalgia
de una casa distante
donde nunca vivimos.

*




*

Siete respuestas
para siete preguntas
sella las puertas
con tu nombre grabado
en cenizas del ayer.

*

Dentro de un círculo
tres sombras de muerte,
giran y giran,
en su prisión de seda,
las ruedas del destino.

*

Como una lámpara
en medio de la noche
que se enciende
con sangre de mis sueños
 disuelta  en lágrimas.

*

Estoy aquí 
vuelta estatua de arena.
Mi pedestal 
es bloque de cenizas
partido por el rayo.

*





*

Mi soledad
es todo cuanto tengo.
Cuando te nombro
crece como una llaga
abierta en las tinieblas.

*

Alguien separa
tu sangre de la mía
y tengo miedo
del amor y la cólera
que late en las tinieblas.

*

Devoro a mi dios,
 utilizo su máscara
de terciopelo
y gano a dentelladas
mi corona de bestia.

*

Todo  hombre
es la versión en sombra
de un gran rey
que está uniendo en nosotros
los pedazos del mundo.

*


*

Me cortan en dos
 con tijeras de pesadilla,
me desdoblan
y no alcanzo a saber
si soy perro o lobo.

*

Errante cáscara
cautiva de esta piel
que me delata.
Siento la desnudez
del santo en el martirio.

*

Este cuerpo
cosido a mis dos alas
 es mi guardián,
veneno de un verdugo
que pacta con la muerte.

*

Alquimia de oro
donde se exprime el sol
sobre una cripta
 abierta al sacrificio
 de mi resurrección.

*



*

Mi otra yo misma,
como una estrella ajena,
horma hechizada,
es un soplo recíproco
en tu indecible nombre.

*

Como una perla
  que se disuelve en polvo
fue tu muerte:
el pequeño rumor
de un éxodo infinito.

*

No temo a nadie
 porque soy de la tribu
que se hospeda
en radiantes tinieblas
al filo del abismo.

*

No te reclamo
el agua por la llama
ni el cambio
de vigilia por sueño.
Me reconoces, noche.

*




*

Es  un reflejo
 que se quiebra en el agua,
un cruel  dibujo
que revela en la arena
la huellas del destino.

*

Giras como un sol
 detrás de una cometa
inalcanzable,
coronada de lluvia
sobre el acantilado.

*

Detrás de mí
cerradas como puños
estas piedras
convertidas en lápida.
Memoria de mi muerte.

*

Yo te celebro
absurda vida en sombras.
Por  tu desorden,
 plegado en una brizna,
mi ser es una lágrima.

*





*

Noches y días
con los ojos abiertos,
buscando  indicios,
 algo con qué alumbrar
las sílabas dispersas.

*

Era un pacto
 firmado con la sangre.
 Sólo el santo
fue una chispa sagrada
entre el rayo y el trueno.

*

Como un cáncer
 con su espada veloz,
 me acorrala
la urdimbre del tiempo,
el revés de la gracia.

*

Ahora es tarde
 para volverse atrás.
Me han marcado
con su alfabeto negro
los lobos y las sombras.

*



*

Me atrinchero,
me encojo en mi guarida
a esperar
que se rajen las piedras
a la luz de un relámpago.

*

Como si fuera
 un dócil instrumento
de la obediencia,
que al final se castiga,
me resisto a morir.

*

Es  tu amor
 que se enciende de pronto
como una lámpara,
desgarrando  presagios
en medio de la noche.

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ANTONIO REQUENI


















*

Aquella tarde
 palpé el misterio
junto a mármoles
de una vetusta fuente
abierta como labios.

*

Bebí, gozoso,
la secreta música
de unas calles
vencidas de hermosura
en el cristal del agua.

*

Yo rescaté
la gracia de sentirme
el viejo huésped
del espacio en que vive
el perfume del tiempo.

*

Lejos del ámbito
de la suntuosidad,
lejos del oro,
contemplo en un instante
la magia de Venecia.

*




*

Oh, resplandor
de encendidos mármoles,
flor fugitiva
 de ángel o doncella
flameando en el crepúsculo.

*

Viene a mí,
sensual y fascinado,
 me agasaja,
 con zumos luminosos
el mar azul de Capri.

*

En Taormina vi
el mágico espectáculo
 de un laberinto
de sol entre las rocas
y un mar color de vino.

*

Recuerdo a Empédocles:
“Yo he sido en otro tiempo
 arbusto y ave,
 muchacho y muchacha
un pez mudo en el mar”.

*





*

Sigo avanzando
bajo un cielo de estrellas
mientras oigo
 el jadeo apagado
del mar entre las rocas.

*

Vine a buscar
mi edad entre las tumbas
que aclarasen,
entre azahares y pinos,
enigmas de mi vida.

*

Sumiso huésped,
nada queda de mí
entre estas lápidas
de luces y amapolas.
Tan solo estas palabras.

*

Hacia arriba
 con catedral de lágrimas
 Toledo sube,
 se desprende del mundo
 hacia la eternidad.

*





*

Frente a mis ojos
 un cuadro de Van Gogh.
Sangre y color,
 la locura y el vértigo
de otra luz en el tiempo.

*

Yo sólo busco
lo único que existe
 en el silencio:
la eternidad del tiempo
en su dormido otoño.

*

La sangre asciende
a la región sin sombra
 donde la gracia
remonta en vastos círculos
una luz imposible.

*

Cerca está el mar.
Aquí, entre los pinos,
 el amor crece
como una chispa de oro
 brillando bajo el sol.

*


*


Todo se olvida,
sólo quedan las cosas.
No hay consuelo.
Todo pasa y se va,
 irremediablemente.

*

Fluyo hacia ti
y en tu delirio me hundo
con mi razón
que se ahonda cuando canto
con madurez de júbilo.

*

Siento un sabor
amargo a desmemoria,
a sangre inútil,
a mentira, a nada,
en mitad del camino.

*

Yo ignoraba
que el relámpago muere,
que es efímera
la trémula delicia
de otro cuerpo en mi cuerpo.

*



*


El bosque,
  el amor, el olor de la lluvia,
el curso mágico
de lo que fue y será:
el misterio inasible.

*

Llega el viento
 y excita la memoria.
Viene un pájaro
y canta un canto nuevo
en mi tarde de otoño.

*

Un recipiente
 tallado desde adentro
es el poema.
Lección de eternidad:
Sólo la forma existe.


*

Ver el cielo
 recostado en la hierba
y escuchar
en el hondo silencio
 las voces de los álamos.

*



*

Se abre una puerta
a una incierta región
en la que un día,
separados o juntos,
seremos destruidos.

*

Nardo sensual,
 sutil dama de noche,
pura embriaguez,
sus aromas alumbran
el país del asombro.

*

Ángel exiliado,
 desterrado en el mundo
 de la inocencia.
Sale el sol, Alejandra, *
En tu noche sin tiempo.

*

Luz compartida
 por la efímera piedra
que el escultor,
terrible y candoroso,
golpea para que hable.

*

* Alejandra Pizarnik


*


Soy lo que fui
 y acaso  siempre sea
lo que ahora soy:
pensar, sentir, nombrar
que acabará conmigo.

*

Un don de vida
me ha sido concedido
desde hace siglos:
la gracia de vivir
para ver este mar.

*

Esta piedra,
resto fósil del tiempo,
 no fue estatua,
pero en su forma late
la pulpa del silencio.

*


Ver el cielo
 recostado en la hierba,
en lento viaje,
para luego borrarme,
perderme para siempre.

- - -



                                     
BIBLIOGRAFÍA


1 –  BIBLIA DE JERUSALÉN. Ediciones DDB. Bilbao, España, 1975.

2 –  LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS. Pierre Crépon. Editorial  EDAF.
          España.     1993.

3 – OBRAS COMPLETAS. Jorge Luis Borges. Emecé Editores 1973.

4 – ANTOLOGÍA POÉTICA. Pablo Neruda.  Edición de Rafael Alberti.                   Planeta  1993.

5 - LIBERTAD BAJO PALABRA. Octavio Paz. Centro de Cultura            Económica. Buenos Aires 1990.

6 - ÁRBOL ADENTRO. Octavio Paz. Seix Barral. Buenos Aires,  1987.            
7 -  PÁGINAS DE OLGA OROZCO. Editorial CELTIA. Buenos Aires,      1984.

8 – ANTOLOGÍA POÉTICA. Antonio Requeni. Fondo Nacional de las            Artes, Buenos Aires. 1996.

9 -  POEMAS ITALIANOS. Antonio Requeni. Editorial Vinciguerra.                2003.


*


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